miércoles, 10 de noviembre de 2010

Reflexionando ante la muerte...

"Y Jehová de los ejércitos... Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho." (Isaías 25:6,8)

Cada vez que muere alguien te das cuenta de lo frágil que es la vida. Cuando muere un familiar lo sientes aún más, por eso es necesario que cada día estés bien con tus amigos, familiares pero sobre todo con Dios.

Hasta hace algún tiempo no era tan consiente de esto, fue hasta la muerte de mi abuelito cuando me di cuenta de la verdadera importancia de estar lista al llamado que Dios puede hacerme al descanso en cualquier momento. Nunca antes había perdido a alguien, no estaba preparada y está por demás mencionar lo mucho que dolió; tuvieron que pasar casi dos meses para poder aceptar que ya no estaba, aun hoy no logro caminar cerca de dónde vivió sin sentir cierta nostalgia y tristeza. Pero algo me enseñó: hasta el último momento de su vida fue fiel, pues murió un miércoles al dirigirse al culto. De eso ya hace casi tres años…

Hoy amanecí con una mala noticia: mi abuela murió en el transcurso de la noche. Como es de esperarse fue un gran golpe emocional para la familia –en especial para mi mamá-, y una vez más me hizo recordar la pérdida de mi abuelito. Sentimientos encontrados hay en mi corazón: alegría, pues sé que ya no tiene más afrentas aquí, tristeza porque no pude verla por última vez; rabia de no haber compartido más tiempo con ella y tantas cosas más.

Es un hecho que me duele mucho y no quisiera perder a nadie más pero así es la vida y debemos continuar tratando de ser mejores personas cada día.

No sé si has perdido a un ser querido, si es así sé que me entiendes pues duele mucho. Por ello hoy te exhorto a seguir adelante y ser fieles a nuestras convicciones, para que un día podamos ver a nuestros seres queridos: aquellos que descansan en el Señor…

“Resucitarán gloriosos los que duermen en Jesús,/las delicias celestiales a gozar;/y triunfantes entrarán en las mansiones de la luz;/para mí también habrá un dulce hogar” (HA 176)