viernes, 6 de agosto de 2010

Mis noches sin ti no son las mismas...


En su dulce y duro regazo de oscuridad y soledad,
la noche siempre, siempre me cubrió,
observar las estrellas en ese ciclo de cambio constante
era mi única ilusión...

Nunca antes pude ver que otras cosas podía yo añorar,
que tras una noche fría y llena de soledad
un día soleado, con ilusiones, podía yo encontrar.

¡Oh, pobre de mí!
Sola y triste cada noche encontrar mi alma,
sin un consuelo al cual acudir.

Pero una noche,
la más sombría y triste
de que tuviera razón,
apareciste poniendo fuego
en mi debil corazón.

Desde entonces
los días cortos se hicieron
y las noches largas fueron
pues tu compañía era un gran consuelo...

Verte aparecer a la distancia
fue la más grande alegría que por muchas noches
mi corazón albergó...

Las largas conversaciones,
las risas interminables,
los secretos canfabulados
y tantas cosas más
que cada noche juntos hemos pasamos...

Hoy siento nostalgia por aquellas horas
de pláticas sin fin...
de esas cotidianas esperas nocturnas...

Mañana quizá me abrume la añoranza
pues se que muy pronto no serán más.
El destino, ese cruel amigo, nos juega una mala pasada...
La distancia, el tiempo y el espacio
darán paso a un silencio interminablemente triste...

Pero un día nos encontraremos
y esas noches serán transformadas
en interminables días,
esas noches darán paso
a nuevas alegrías
y hasta entonces
mi corazón sonreirá de nuevo...