Esto va directo del corazón... es una carta-mail que le escribí a un amigo hace algunos meses. Me atrevo a publicarla porque en verdad plasmé el sentimiento de ese momento en ella, él mismo [mi amigo] dijo "sentí muy feo cuando la vi en mi mail", pero a la poster la re-leímos y nos dió mucha risa. Por respeto a las personas que se mencionan sustiriuré los nombres por letras mayúsculas, pero estoy segurá que muchos de los amigos más cercanos saben de quien hablo...
XXXX:
Esto lo he dicho en repetidas ocasiones pero hoy más que otras veces me da gusto decirlo y al mismo tiempo siento cierta nostalgia: la primera vez que fuimos a tomar un café no pensé que llegaríamos a ser tan grandes amigos, mucho menos “novios” (jajaja) ¿Tienes idea cuánto hace de eso? ¿No? ¡Yo sí! Justo tiene un año, bueno un poco más, fue el tercer jueves de enero de 2007 y hubiese sido el día anterior de no ser por YYYYYY (para variar)…
Ya un año de amistad que se ha ido volando ¿no crees?... Hace unos momentos pensaba (sí, aunque no lo creas algunas veces lo hago), bueno más que pensar estaba recordaba los momentos en que hemos hablado, reído y hasta llorado juntos… han sido muchos. Sabemos tanto uno del otro sólo bastaría querer para poder chantajearnos (jajaja… no lo intentes)…
Hay tanto que quiero decir y el espacio es relativamente pequeño, las palabras no salen como quiero, se quedan ahí… atrapadas, queriendo salir todas… ser acomodadas una tras otra de tal manera que puedan conformar una sinfonía literaria… sinfonía que describa el último año, mi sentir en este momento… y después de meditarlo sólo hay una que reúne esas características: GRACIAS…
…por oír mis aflicciones, alegrías, tonteras y hasta regaños;
…por secundar mis locuras como hablarle a la cosa;
…por la confianza que has depositado en mí al contarme tus tristezas,
sueños, ilusiones y alegrías;
…por estar ahí en los momentos difíciles, has sido un gran apoyo para mí;
…por esas largas conversaciones nocturnas que terminan muy temprano;
…por esos ratos de risa incontrolable que de haber sido otra la situación
pasarían inadvertidos, pero tú hiciste la diferencia;
…por ayudarme a tomar una decisión;
…por alegrarte cuando soy feliz, aun cuando te cueste trabajo sonreír;
…por el abrazo de ayer que sin palabras dijo mucho y me hizo sentir bien;
…por todo, pero especialmente…
GRACIAS por tu amistad… por darme la oportunidad pese a la diferencia de edades… por ser el amigo… mi amigo… ese amigo incondicional que todos quieren y que tengo la gran bendición de tener.
Hay un versículo que siempre me he empeñado en repetir pero no fua sino hasta anoche cuando lo entendí en un sentido más amplio: “En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en la angustia”. En este corto año hemos pasado tantas cosas, contado otras y reído de muchas más… ¡pero muchas más!: taco con agua, capuchino “leit”, faltas de “horrografía”, la Cosa, experiencias tuyas muy propias de ti, Sr. ZZZZZZZZ, ¡YYYYYY! y así podría seguir enumerando y no terminar. Tú eres más que un amigo, eres mi cuate, mi hermano sólo que mas poca madre, eres… ¡eres un ángel! Un ángel que Dios puso ahí, en mi camino, un día de enero de 2007 para que a partir de entonces naciera una gran amistad… una amistad envidiable e inigualable que ambos cultivamos.
¿Sabes qué creo? Hace un año no era el tiempo de nosotros (YYYYYY y yo) pero si lo era de nosotros (tú y yo)… ¿irónico no? Tú y yo fuimos “novios” porque no te creí que le interesara al susodicho, ¿recuerdas? ¡fue una apuesta entre nosotros! Seguimos con ese juego para que YYYYYY me dejara en paz… y ve lo que son las cosas: a un año de distancia los papeles se invierten… Pero valió la pena ese año de espera…
Hay algo que debo reconocer: eres el mejor noviecito del mundo. Estoy segura, y siéntete orgulloso, que nadie podrá superar lo “muy maravilloso” que eres… esa es una buena anécdota para contar ¿no?
Como muy acertadamente dijiste anoche “a partir de hoy (ayer) las cosas van a cambiar” y comenzamos con el recorrido a casa (mala onda, neta sentí que me arrancaron algo, un vacío bien feo). Muy probablemente no nos veremos con tanta frecuencia como solíamos hacerlo, pero quiero que sepas que seguiré estando ahí a la hora que sea, cuando sea, para lo que sea: reír, llorar, hablar o sólo esta ahí… ya sabes ¿no? 25/24…
No hay mucho que decir, pues todo lo hemos dicho en su momento… y aunque lo hubiese las palabras no me alcanzan para hacerlo… sólo me resta decir nuevamente GRACIAS… ¡eres el mejor, no cambies!...
C. M. C.
Ya un año de amistad que se ha ido volando ¿no crees?... Hace unos momentos pensaba (sí, aunque no lo creas algunas veces lo hago), bueno más que pensar estaba recordaba los momentos en que hemos hablado, reído y hasta llorado juntos… han sido muchos. Sabemos tanto uno del otro sólo bastaría querer para poder chantajearnos (jajaja… no lo intentes)…
Hay tanto que quiero decir y el espacio es relativamente pequeño, las palabras no salen como quiero, se quedan ahí… atrapadas, queriendo salir todas… ser acomodadas una tras otra de tal manera que puedan conformar una sinfonía literaria… sinfonía que describa el último año, mi sentir en este momento… y después de meditarlo sólo hay una que reúne esas características: GRACIAS…
…por oír mis aflicciones, alegrías, tonteras y hasta regaños;
…por secundar mis locuras como hablarle a la cosa;
…por la confianza que has depositado en mí al contarme tus tristezas,
sueños, ilusiones y alegrías;
…por estar ahí en los momentos difíciles, has sido un gran apoyo para mí;
…por esas largas conversaciones nocturnas que terminan muy temprano;
…por esos ratos de risa incontrolable que de haber sido otra la situación
pasarían inadvertidos, pero tú hiciste la diferencia;
…por ayudarme a tomar una decisión;
…por alegrarte cuando soy feliz, aun cuando te cueste trabajo sonreír;
…por el abrazo de ayer que sin palabras dijo mucho y me hizo sentir bien;
…por todo, pero especialmente…
GRACIAS por tu amistad… por darme la oportunidad pese a la diferencia de edades… por ser el amigo… mi amigo… ese amigo incondicional que todos quieren y que tengo la gran bendición de tener.
Hay un versículo que siempre me he empeñado en repetir pero no fua sino hasta anoche cuando lo entendí en un sentido más amplio: “En todo tiempo ama el amigo y es como un hermano en la angustia”. En este corto año hemos pasado tantas cosas, contado otras y reído de muchas más… ¡pero muchas más!: taco con agua, capuchino “leit”, faltas de “horrografía”, la Cosa, experiencias tuyas muy propias de ti, Sr. ZZZZZZZZ, ¡YYYYYY! y así podría seguir enumerando y no terminar. Tú eres más que un amigo, eres mi cuate, mi hermano sólo que mas poca madre, eres… ¡eres un ángel! Un ángel que Dios puso ahí, en mi camino, un día de enero de 2007 para que a partir de entonces naciera una gran amistad… una amistad envidiable e inigualable que ambos cultivamos.
¿Sabes qué creo? Hace un año no era el tiempo de nosotros (YYYYYY y yo) pero si lo era de nosotros (tú y yo)… ¿irónico no? Tú y yo fuimos “novios” porque no te creí que le interesara al susodicho, ¿recuerdas? ¡fue una apuesta entre nosotros! Seguimos con ese juego para que YYYYYY me dejara en paz… y ve lo que son las cosas: a un año de distancia los papeles se invierten… Pero valió la pena ese año de espera…
Hay algo que debo reconocer: eres el mejor noviecito del mundo. Estoy segura, y siéntete orgulloso, que nadie podrá superar lo “muy maravilloso” que eres… esa es una buena anécdota para contar ¿no?
Como muy acertadamente dijiste anoche “a partir de hoy (ayer) las cosas van a cambiar” y comenzamos con el recorrido a casa (mala onda, neta sentí que me arrancaron algo, un vacío bien feo). Muy probablemente no nos veremos con tanta frecuencia como solíamos hacerlo, pero quiero que sepas que seguiré estando ahí a la hora que sea, cuando sea, para lo que sea: reír, llorar, hablar o sólo esta ahí… ya sabes ¿no? 25/24…
No hay mucho que decir, pues todo lo hemos dicho en su momento… y aunque lo hubiese las palabras no me alcanzan para hacerlo… sólo me resta decir nuevamente GRACIAS… ¡eres el mejor, no cambies!...
C. M. C.
PRITZY-LA
